
la muerte de un miedo
la muerte de un miedo tonto-infantil-ingenuo
y cuando por fin me dejé morir, se abrió la vida de brazos para mecerme en la magia de los elementos, en la soledad de ese lugar, emergió un silencio que sonreía, un asombro bobalicon y delicioso me elevó sin peso alguno a esta sensacion etérea de felicidad y paz....ese día aprendi a nadar.
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